El Krav-Magá es un arte marcial israelí que se basa en la defensa personal, creado en el año 1970 por Imi Lichtenfeld. Su esencia va mucho más allá de un mero sistema físico de reacciones para repeler agresiones. Su estudio se centra en el control del cuerpo y la búsqueda de la perfección biodinámica de los movimientos corporales destinados a la defensa personal. De esta manera podemos realizar la defensa de la forma más eficaz y eficiente posible. Así mismo contiene unos principios rectores filosóficos y morales que lo convierten en un arte marcial puro. Se contempla todo tipo de agresiones. Desde mano vacía hasta con armas y desde un solo atacante hasta varios atacantes. Al ser un arte marcial relativamente moderno, contempla la violencia real de la vida civil actual. Además, ha sido comprobada en el pasado en innumerables situaciones reales de diferente ámbito.
Aunque tiene una relación con el ejército, ya que su fundador fue militar de carrera, actualmente no tiene ninguna vinculación directa con éste, ni con ningún grupo relacionado con él. Se crea eminentemente por y para la población civil una vez que su fundador se jubila. El ejército hace ya varias décadas que libra sus guerras en el campo de batalla de las nuevas tecnologías, donde la lucha cuerpo a cuerpo ha quedado como algo anecdótico al trabajar siempre desde la distancia (Drones, misiles, satélites, etc.). Además, el tiempo necesario para la formación de un experto en la lucha cuerpo a cuerpo es superior al que se dispone para adiestrar a los soldados. Así mismo donde acaba la función bélica del ejército, empieza la función de seguridad o policial, donde si sería posible los altercados cuerpo a cuerpo por la proximidad entre las personas cuando realizan sus distintas tareas. (registros, control de documentos, patrullas, controles fronterizos y estratégicos, etc.)
Tampoco tiene nada que ver con las competiciones deportivas de contacto. Las reglas que rigen el deporte no son las que rigen la violencia de la calle. Esta se caracteriza por la ausencia de normas o reglas de comportamiento ético. Además, en las competiciones deportivas se busca salva guardar, en la medida de lo posible, la integridad física de los competidores (se les ponen protecciones, guantes, cascos, etc.) y esto condiciona el tipo de golpes que se pueden dar. Esta situación rara vez se dará en la calle a la hora de sufrir una agresión. Siempre habrá ausencia de reglas que regulen la agresión para que sea seguro para los participantes.
Así pues, el Krav-Magá se centra única y exclusivamente en la defensa personal destinada a las agresiones que vayamos a sufrir en un entorno real.
Sus beneficios son tales como: mejora de la condición física, reducción de la ansiedad, aumento de la coordinación motora y mental, control de las emociones en situaciones estresantes, aumento de la autoestima y autoconfianza e indirectamente mejoras en la capacidad de liderazgo.
Al ser un arte marcial para la defensa personal fomenta el comportamiento pacífico y cívico del ser humano. En niños se trabaja el tema de liderazgo y toma de decisiones, a la vez que se le enseña comportamiento cívico y ético.
FEDERACIO D’ARTS MARCIALS DE CATALUNYA